jueves, 31 de mayo de 2018
Urbano II y la primera Cruzada
Este año se celebraron 923 años del discurso pronunciado por el papa Urbano II en el concilio de Clermont de 1095 donde en una proclama encendida y solemne llamó a los cristianos de occidente, ricos y pobres por igual a marchar en asistencia de los peregrinos que sufrían constantemente los ataques de las hordas musulmanas y que cada vez iban a más. También se lanzaban a auxiliar a sus hermanos ortodoxos en Bizancio contra la amenaza de la expansión musulmana, la cual se había hecho patente décadas antes.
Es en 1071 en Mazinkert donde el Imperio Bizantino sufre una derrota humillante a manos de los turcos selyúcidas, perdiendo el control de prácticamente todo su territorio al este del estrecho de los Dardanelos. Con su capital de Constantinopla directamente amenazada, la Ortodoxia griega decidió ignorar sus diferencias dogmaticas y políticas con el catolicismo romano y en marzo de 1095 llega a oídos de Urbano II su pedido de ayuda.
Para este papa responder a dicho llamado es una oportunidad perfecta; profundamente disgustado con la corrupción producida de la venta y compra de cargos eclesiásticos así como de la administración de los sacramentos, Urbano pregonaba un regreso a las raíces monásticas y humildes de la cristiandad primitiva pero sin desviación doctrinal alguna (a diferencia de algunas herejías que hacían llamados parecidos para justificar sus despropósitos), el apoyo a las artes y el cuidado de los pobres y enfermos. Esta leve desconexión con los valores fundacionales del Cristianismo es provocada en parte debido a los estrechos lazos que muchos obispados tenían con el poder secular (léase los nobles locales), en contraparte existia una corriente de reformismo a la cual Urbano II estaba alineado, conocida entonces como las reformas benedictinas, en nombre de la orden religiosa que las pregonaba.
Otro problema que la guerra santa ayudaría a resolver era el conflicto interno, las luchas intestinas y eternas entre las nobleza medieval era algo intolerable para Urbano, pues representaba una violación de la Paz de Dios, que estipulaba el carácter piadoso de aquellos que no participaran en conflictos contra sus hermanos, el pueblo cristiano debía estar unido y redirigir toda su agresividad contra un enemigo externo e infiel era una buena forma de canalizar dicha belicosidad y frenar las luchas dentro de Europa, al menos temporalmente.
Esta lucha entre el poder clerical y el secular será parte de la tónica del Concilio de Clermont, donde entre otras cosas Urbano II excomulgará al rey Felipe I de Francia por casarse adúlteramente con una mujer también casada. Pero su discurso final será un llamado a la “raza de los francos” a luchar contra los musulmanes para recuperar Tierra Santa (Jerusalén), la proclama “Deus Vult” (Dios lo quiere) será el grito de batalla del papa a los peregrinos, prometiendo el perdón divino de los pecados:
“Que los que se hayan acostumbrado injustamente a librar una guerra privada contra los fieles ahora vayan en contra de los infieles y terminen con la victoria de esta guerra que se debería haber comenzado hace mucho tiempo. Que aquellos que durante mucho tiempo, han sido ladrones, ahora se conviertan en caballeros. Que aquellos que han estado luchando contra sus hermanos y parientes ahora luchen de una manera adecuada contra los bárbaros. Que aquellos que han estado sirviendo como mercenarios para la pequeña paga ahora obtengan la recompensa eterna. Que los que se han desgastado a ellos mismos en cuerpo y alma ahora trabajan para un doble honor”
Hoy por hoy, lo políticamente correcto es analizar las cruzadas como guerras libradas más por intereses políticos y económicos que por causas de la fe, algo muy alejado de la realidad. Sin embargo nadie puede negar su impulso religioso, especialmente en esta primera instancia, es genuino, por primera vez hay un elemento común que une a los diversos elementos dispares de las sociedades medievales europeas, en una era violenta como la transición entre la Alta y Baja Edad Media, la búsqueda de un enemigo doctrinal externo era posiblemente la mejor apuesta para lograrlo, aprovechando la frágil situación por la que pasaban los peregrinos y Bizancio. Así fue como la era de las Cruzadas comenzó, una nueva etapa en la que los europeos terminarían un largo proceso interno, conformándose un fuerte lazo de unión entre los diversos pueblos europeos, para empezar a mirar hacia afuera, hacia lo foráneo y desconocido, como la tierra de la oportunidad para el prestigio, la gloria y para algunos, la absolución. ¿Podría ser este el primer respiro del espíritu aventurero y defensivo que Europa adoptará en siglos venideros? Seguramente, puesto que la historia siempre tiende a repetirse. Las cruzadas en defensa de la Cristiandad pese a la mala imagen que se les ha dado en los últimos siglos por parte de los enemigos de la Iglesia y a veces incluso por parte de algunos de los nuestros,actuando como verdaderos traidores por causa de la ignorancia y de la ingenuidad, sirvieron para unir Europa más que nunca, así como para alcanzar un alto nivel espiritual que se hacía patente en todos los estratos sociales.
Fuente:
Jornalesdelahistoria.wordpress.com
Anotaciones del Caballero de Occidente
domingo, 27 de mayo de 2018
Ocultismo y paganismo "nazi", ariosofía, esoterismo, la new age y su relación con la masonería.
Durante los últimos tres siglos han utilizado diversas "creencias o religiones pantalla" inventadas por miembros de la masonería para captar posibles seguidores y futuros miembros potenciales, así como para ofrecer una introducción a la doctrina de la masonería disimuladamente y dirigir la sociedad hacia el sincretismo religioso anticristiano.
Entre estas corrientes criptomasónicas cabalísticas
estarían los diferentes estilos esotéricos del siglo XIX y principios
del XX como la teosofía (basada en el hinduísmo), el ocultismo (incluído el pseudonazi), y las
vertientes new age, paganas y esotéricas durante el siglo XX. La new age
actualmente es su punta de lanza, con una gran difusión desde los años
90 del pasado siglo (reencarnación, energías, chakras, meditación, etc).
Todas estas creencias al igual que la masonería, se basan en la gnosis
(gnosticismo). En la gnosis se dice que la salvación viene por uno
mismo,
se promete que mediante la iniciación se irán adquiriendo cada vez más
conocimientos secretos convirtiéndose así en individuos muy superiores
al humano medio, los cuales son vistos como profanos, alimentando así la
soberbia y el ego de los posibles futuros iniciados, haciéndoles creer
que son elegidos, que se convertirán en semidioses en sus fantasías. Ese
es su señuelo, se aprovechan de la debilidad del ser humano, de su
egocentrismo y ansias de vanidad, de su curiosidad por el
misterio.
Es puro marketing por el cual se capta a la gente a base de adularlos y darles algo con gancho, buscando satisfacer la parte perversa del alma humana.
En realidad, los "iniciados" no se convierten en seres superiores en ningún momento ni obtienen poderes sobrenaturales, simplemente alimentan su ego y en algunos casos llegan a creerse que son auténticos "gurús", alimentados por la vanidad que le proporcionan cientos o miles de seguidores. Si están dentro de la masonería o alguna secta similar, van conociendo con detalle la organización y sus fines, mientras que se les da la esperanza de que están cada vez más cerca del secreto espiritual más importante del gnosticismo y de la masonería, el cual, por supuesto es un fraude.
Como sucedió con la manzana que la serpiente ofrece a Adán y Eva, por la cual Satanás les ofrecía un gran conocimiento oculto que según él, Dios no quería que tuvieran porque se convertirían en dioses... En realidad esa manzana solo los llevó al pecado, a su propia condenación, engañados por el demonio que siempre busca arrastrar a los demás hacia el mal. Todas las personas que se dejan arrastrar por estas creencias ocultistas y gnósticas, guiados por la soberbia y la vanidad, o simplemente para subirse la autoestima, sirven al mal sin darse cuenta.
Lucifer es Satanás, por muchos cuentos que se hayan sacado de la manga
para dulcificar su imagen desde la new age y la
masonería. Lo intentan camuflar de mil formas, pero la "glorificación
del hombre" que buscan todas ellas, la salvación por "uno mismo" (porqué
nosotros somos lo más, más que Dios, según ellos... humildad cero). El
rechazo más o menos contundente de Dios, es una muestra de soberbia y
vanidad en cantidades industriales, y esto es lo que les delata como
servidores del mal, aunque muchos cegados por esa borrachera de ego,
nunca llegan a darse cuenta.

Propagando estas creencias gnósticas camufladas, en ambientes
abiértamente anti masónicos, mezclando medias verdades con mentiras,
buscan corromper a su enemigo para que acabe incluso trabajando para
ellos sin saberlo, o como mínimo para que su lucha contra las políticas
de la masonería, es decir contra las políticas del marxismo cultural,
sea mucho menos eficaz.
El verdadero dios y maestro tanto de la masonería como de estas creencias ocultistas es lucifer, aunque esto pocas veces lo dicen abiertamente por las connotaciones negativas que suele tener. En los círculos masónicos se le llama "gran maestro" mientras que Dios para ellos es alguien poco relevante, el Todo, lo que dió el primer impulso a la creación y nada más, en el mejor de los casos. Ellos aseguran que lucifer es bueno, el portador de la luz, y no Satanás como dice la biblia, pero esto se desmonta por si solo cuando nos damos cuenta de que los fines de su Lucifer son los mismos que los de Satanás, es decir rebelarse contra Dios (al que tachan de malvado, cambiando las tornas) para ser igual de poderoso que él, de igual a igual, un auténtico desafio a Dios haciendo gala de una soberbia y envidia tremendas, lo cual es sinónimo del mal por si mismo.
Alguien que se guía por la soberbia y la envidia, que no acepta órdenes de nadie ni autoridad espiritual alguna, es malvado por definición (este principio es aplicable igualmente a las políticas del marxismo cultural que es la expresión terrenal por excelencia de las creencias luciferinas).
Por ello, lo que hacen es comportarse de manera totalmente contraria a las enseñanzas cristianas del evangelio empezando por lo de "la verdad debe ser rebelada a todos por igual". Invierten los valores, emulando esa rebelión luciferina, para acabar con todo lo que provenga de Dios, de ahí que propaguen actualmente desde la masonería la ideología de género, o en el pasado la lucha de clases y el ateísmo.
Usan
todos los
medios que sean necesarios para acabar con la ley natural, para destruir
el orden: su fin último es poner el mundo del revés, para según ellos
"liberar" al hombre. Acaban situándose por encima del bien y del mal,
como los gurús hindúes o los antiguos cátaros, promoviendo así el
relativismo moral. Además manipulan y confunden la biblia, ya que en
ésta se dice claramente que Lucifer era un ángel bueno que se dejó
llevar por una soberbia extrema y se rebeló contra Dios, que es cuando
cayó por su pecado. Después de su fracaso, lleno de odio y poseído por
la envidia, se transformó en Satanás...
Esto los masones, los ocultistas y los gnósticos en general, no lo
mencionan en ningún momento, en su lugar cuentan la historieta
mencionada un poco más arriba; omiten esto intencionadamente porque no
quieren creérselo, no les interesa, ellos son soberbios y vanidosos y
quieren seguir siéndolo.
Hay muchos escritos de esoterismo de post guerra alineado para con la llamada tercera vía afín al fascismo y al nacionalsocialismo, que de principio a fin son un cúmulo de creencias masónicas. Solamente hay que leer un ejemplar del Kybalion o textos de cualquier web oficial de logias masónicas para comparar y darse cuenta de ello; su máximo referente está en el ocultismo pseudonazi y su precursor Guido Von List (el cual bebió diréctamente de la teosofía y de la masonería) que creó la llamada "ariosofía" a partir de una mezcla entre ocultismo cabalístico y la simbología del paganismo germánico.
Dichas creencias se presentan como si no tuvieran nada que ver con la masonería, para que el lector poco formado en estas
lides caiga en la trampa. Ocurre lo mismo con con el esoterismo actual y
el ocultismo en general, el cual pocas veces relacionan con la
masonería, (con toda la astucia del mundo) para no asustar al
interesado. Todos estos textos olvidan que en los regímenes fascistas se
prohibió la masonería y también las organizaciónes esotéricas u
ocultistas, como por ejemplo, la archiconocida Sociedad Thule.
Hablando de la Thule, se ha exagerado interesadamente por los propios enemigos del III Reich su influencia en éste y en Hitler, para darle una imagen de oscuridad y maldad. A efectos reales, los únicos personajes relevantes del III Reich influenciados por la Sociedad Thule y el paganismo germánico ocultista fueron Hess y en menor medida Himmler (el cual acabó traicionando a Hitler), todo lo demás son manipulaciones y fantasías sin fundamento que van en contra de las propias declaraciones y acciones gubernamentales de Hitler, que era católico no practicante.
Hitler llegó a decir sobre los paganos ocultistas lo siguiente: "Estas personas que sueñan con el heroísmo de los antiguos germanos, con sus armas primitivas, como hachas de piedra, lanzas y escudos - escribió Hitler - son en realidad los más cobardes. Conocí demasiado bien a esa gente para no sentir el mayor asco por estos comediantes... Especialmente cuando se trata de reformadores religiosos a base de germanismo antiguo, tengo siempre la impresión de que han sido enviados por aquellas instituciones que no quieren el renacimiento de nuestro pueblo" (Mein Kampf - Hitler).
Sabottendorf, fundador de la Thule y otros tantos de su cuerda fueron perseguidos por el III Reich, cosa lógica, teniendo en cuenta las declaraciones de Hitler sobre ellos. El propio Hitler dió a entender con sus acciones que con los años se dió cuenta de que esas creencias que compartieron algunos de sus camaradas estaban profundamente influenciadas por la doctrina masónica, de ahí que las prohibiera; el mismísimo Himmler tenía que guardarse sus creencias para su círculo más cercano dentro de las SS, que no pasaba de unas pocas decenas de miembros.
En la absoluta mayoría de
cuerpos de las SS, incluyendo su rama militar, las Waffen SS, lo pagano
se reducía a unos cuantos símbolos que se usaban por formar parte de la
herencia cultural germánica, siendo sus miembros y soldados,
protestantes o católicos por norma general.
En un nivel de seriedad y profundidad menor, la masonería hizo lo mismo
con las creencias new age que provienen de la teosofía, creada por
Blavatsky y Henry Steel Olcott, que pertenecieron a la masonería, así
como la Wicca pagana y sus vertientes, que fue inventada por el masón y
judío Gerald Gardner. Todas estas pseudo-religiones tienen algo en
común, y es que se basan parcialmente en la gnosis y el sincretismo
panteísta además de compartir cierta simbología satánica, la cual
intentan restaurar como
si no fuese algo maligno, vendiéndolo como algo mágico y bueno para que
no cause rechazo (ejemplos de esto serían el baphomet basado en el
antiguo dios celta Cernunnos o la estrella de cinco punta de la cábala).
Mediante estas pseudo-religiones pantalla, las distintas masonerías
logran captar seguidores
potenciales que se podrán convertir en futuros miembros si siguen la
senda marcada, ofreciendo disimuladamente una introducción a la doctrina
de la
masonería.


Además, con estas creencias consiguen llevar a la sociedad hacia el
sincretismo religioso, que es uno de los fines que persiguen, crear una
religión de esencia masónica y sincrética, apta para todos, en la que se
sustituya a Dios y a Cristo, por el Gran Arquitecto y Lucifer, bajo
varias denominaciones más o menos amistosas. Varias ramas del
protestantismo formaron parte de este plan como etapa previa, no debemos
olvidar que la masonería fue creada por protestantes en su gran
mayoría, con la ayuda de judíos jasídicos versados en la Cábala, al igual que su antecesora la orden Rosacruz.
Todas estas creencias tienen otro punto en común de gran relevancia, sus
ataques al catolicismo y a la iglesia romana, amparándose en la leyenda
negra promovida por protestantes y judíos, así como por toda la
propaganda anticatólica paganizante y panteísta de la ilustración
masónica liberal.
Una cita de San Agustín sintetiza con gran acierto en un par de líneas
esta lucha entre el catolicismo y las creencias luciferinas ocultistas:
«Dos amores hicieron dos ciudades. El amor de sí mismo, hasta despreciar
a Dios, hizo a la ciudad terrenal, el amor de Dios, hasta despreciar a
sí mismo, hizo la ciudad celestial.»
Como conclusión, podemos decir que no existe una gnosis buena y otra
mala, un esoterismo bueno y otro malo, todos sirven al mismo amo, al
maligno, en mayor o menor medida, unos diréctamente y otros
indiréctamente, la mayoría sin saberlo. El Catolicismo en cambio, se
basa en valores nobles, sirve al bien, la verdad y la justicia, además
de tener más y mejores vías de acceso para la vida espiritual.
miércoles, 23 de mayo de 2018
Sic transit gloria mundi
domingo, 20 de mayo de 2018
A los hipócritas que alardean de sus buenas obras
«Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas.»
«Cuando ayunéis, no aparezcáis tristes como los hipócritas.»
Son tres pasajes del mismo punto de Mateo (VI, 2, 5 y 16).
El valor divino de lo humano, Jesús Urteaga.
miércoles, 16 de mayo de 2018
miércoles, 9 de mayo de 2018
Virtudes del Caballero Cristiano
- Coraje
Los caballeros debían soportar sacrificios personales para servir los ideales y a las personas necesitadas. Esto implica el elegir mantener la verdad a toda costa. El valor no significa arrogancia, sino tener voluntad de hacer lo correcto y luchar por lo que es justo aunque tengamos todo en contra, un caballero jamás debe quedarse de brazos cruzados ante la acción del mal, debe combatirlo siempre.
- Justicia
Para los caballeros era muy importante buscar la verdad por encima de todo, los caballeros no buscaban su beneficio personal. La honra y la honestidad son las señas del buen caballero. Todo caballero debe ser humilde y fuerte a la vez. La justicia debe ser aplicada en su justa medida, sin excesos ni escasez. Un caballero no debe ser cruel ni demasiado indulgente.
- Fe
Los caballeros debían tener una firme fe en Dios, así como seguir los sacramentos, esto les permitía llevar a cabo toda una vida de sacrificios y ser fuertes ante las tentaciones, dándoles la gracia y la fuerza necesarias para combatir a los malvados del mundo.
- Caridad
La caridad es la virtud de amar a Dios por encima de todas las cosas, más que a si mismo; es una virtud contraria al egoísmo. El caballero debe ser amador del bien común, porque el bien común es mayor y más necesario que el bien particular. Todo caballero debe ser generoso con los suyos y también con los que lo merecen, como los débiles y los necesitados
- Esperanza
Con la esperanza se vigoriza y se endurece el coraje del caballero. Por la esperanza que ponen en Dios, reciben de Dios ayuda. La esperanza hace sufrir con calma los trabajos y las dificultades que sobrevienen, la esperanza aventura a los caballeros en los peligros que afrontan. Sin esperanza uno no puede ser caballero.
- Templanza
El caballero debe dominar sus pasiones, no al revés, mediante la moderación y el autodominio de uno mismo. Un caballero debe ser moderado en el comer, en beber y en hablar. Además debe ser moderado con sus riquezas, esto no significaba abstenerse de ellas sino, no utilizarlas vanamente. El caballero debía controlar sus apetitos sexuales, guardando castidad. La templanza es una virtud que está en medio de dos vicios, el uno es pecado por superabundancia, y el otro por excesiva escasez. Sin templanza no se puede mantener el honor de la caballería.
- Lealtad
Todo caballero juraba defender fervientemente sus ideales, a la Iglesia, a sus señores, a su pueblo y su patria, dando la vida si fuese necesario. La lealtad es propia de los caballeros y de la hermandad que estos tienen con otros caballeros que les acompañan en batalla.
Estas son las siete virtudes principales de la Orden de Caballería, que se basan en las siete virtudes cristianas. Además de las virtudes principales, existen otras virtudes complementarias como la nobleza, la fortaleza o la prudencia.
sábado, 5 de mayo de 2018
Reflexión crítica sobre el caso de "La Manada" y la hipocresía progre
Lo que más curiosidad nos puede despertar desde el punto de vista cristiano, es la hipocresía que encierra el asunto, es decir, los progres y las feministas se quejan de unos hechos que son clara consecuencia de la revolución sexual y de la promiscuidad que ellos mismos han propagado desde hace décadas. Es lógico y normal que si hipersexualizas a los niños, si crecen recibiendo una educación totalmente sexualizada y en pro de la promiscuidad, cuando se hacen adolescentes o adultos una de sus prioridades sea la de darle rienda suelta a su deseo sexual, sea como sea, y por esto se producen relaciones sexuales promiscuas, por eso se enganchan al cibersexo, por eso les gustan las orgías y otras tantas formas de satisfacer su desmedido deseo sexual. Esto es lo que símplemente hicieron tanto la chica como los de "la manada", llevar a la práctica lo que han visto desde pequeños, son los frutos de la educación progre anti cristiana. Por lo tanto es muy incongruente e hipócrita que las hordas progres feministas se quejen de lo que ellos mismos promueven, aunque no es nada nuevo, puesto que la incongruencia y la hipocresía son pilares básicos de su ideología. En una sociedad cristiana, con principios, este tipo de acontecimientos no se daban, porque la gente tenía moral y principios.
Activistas feministas de izquierda en una manifestación a favor de la revolución sexual y la promiscuidad.


En definitiva, de aquellos barros, estos lodos. El marxismo cultural y el feminismo radical son los principales culpables de que se produzcan estas aberraciones.
miércoles, 2 de mayo de 2018
Loa a la Nueva Milicia de San Bernado de Claraval, Inspirador de los Templarios
PRÓLOGO
A Hugo, caballero de Cristo y maestre de su milicia, Bernardo de Claraval, abad sólo de nombre: lucha en noble combate.
Si sucumbe, él sale ganador; y si vence, Cristo. Por algo lleva la espada; es el agente de Dios, el ejecutor de su reprobación contra el delincuente. No peca como homicida, sino ‑diría yo‑ como malicida, el que mata al pecador para defender a los buenos. Es considerado como defensor de los cristianos y vengador de Cristo en los malhechores. Y cuando le matan, sabernos que no ha perecido, sino que ha llegado a su meta. La muerte que él causa es un beneficio para Cristo. Y cuando se la infieren a él, lo es para sí mismo. La muerte del pagano es una gloria para el cristiano, pues por ella es glorificado Cristo. En la muerte del cristiano se despliega la liberalidad del Rey, que le lleva al soldado a recibir su galardón. Por este motivo se alegrará el justo al ver consumada la venganza. Y podrá decir: Hay premio para el Justo, hay un Dios que hace Justicia sobre la tierra. No es que necesariamente debamos matar a los paganos si hay otros medios para detener sus ofensivas y reprimir su violenta opresión sobre los fieles. Pero en las actuales circunstancias es preferible su muerte, para que no pese el cetro de los malvados sobre el lote de los justos, no sea que los justos extiendan su mano a la maldad.
5. Si al cristiano nunca le fuese lícito herir con la espada, ¿cómo pudo el precursor del Salvador aconsejar a los soldados que no exigieran mayor soldada que la establecida y cómo no condenó absolutamente el servicio militar? Si es una profesión para los que Dios destinó a ella, por no estar llamados a otra más perfecta, me pregunto: ¿quiénes podrán ejercerla mejor que nuestros valientes caballeros?
Porque gracias a sus armas tenemos una ciudad fuerte en Sión, baluarte para todos nosotros; y arrojados ya los enemigos de la ley de Dios, puede entrar en ella el pueblo justo que se mantiene fiel. Que se dispersen las naciones belicosas; ojalá sean arrancados todos los que os exasperan, para excluir de la ciudad de Dios a todos los malhechores, que intentan llevarse las incalculables riquezas acumuladas en Jerusalén por el pueblo cristiano, profanando sus santuarios y tomando por heredad suya los territorios de Dios. Hay que desenvainar la espada material y espiritual de los fieles contra los enemigos soliviantados, para derribar todo torreón que se levante contra el conocimiento de Dios, que es la fe cristiana, no sea que digan las naciones: ¿Dónde está su Dios?
6. Una vez expulsados los enemigos, volverá él a su casa y a su parcela. A esto se refería el Evangelio cuando decía: Vuestra casa se os quedará desierta. Y se lamenta con las palabras del profeta: He abandonado mi casa y desechado mi heredad. Pero hará que se cumplan también estas otras profecías: El Señor redimió a su pueblo y lo rescató de una mano más poderosa. Vendrán entre aclamaciones a la altura de Sión y afluirán hacía los bienes del Señor, Alégrate ahora Jerusalén, y fíjate cómo ha llegado el día de tu salvación. Romped a cantar a coro, ruinas de Jerusalén, que el Señor consuela a su pueblo, rescata a Jerusalén; el Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones. Doncella de Jerusal, ¿no habías caído y no tenías quien te levantara? Ponte en pie, sacúdete el polvo, Jerusalén cautiva, hija de Sión. Ponte en pie, sube ala altura, mira el consuelo y la alegría que te trae tu Dios. Ya no te llamarán «abandonada», ni a tu tierra «devastada»; porque el Señor te prefiere a ti y tu tierra será habitada. Levanta los ojos en torno y mira: Todos éstos se reúnen para venir a ti. Este es el auxilio que te envía desde el santuario.
Por medio de ellos se te está cumpliendo la antigua promesa: Te haré el orgullo de los siglos, la delicia de todas las edades; mamarás la leche de los pueblos, mamarás al pecho de los reyes. Y más abajo: Como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo; en Jerusalén seréis consolados, Ya veis con qué testimonios tan antiguos y tan abundantes se aprueba esta nueva milicia y cómo lo que habíamos oído lo hemos visto en la ciudad de Di os, del Señor de los ejércitos.
Pero es importante, con todo, no darles a estos textos una interpretación literal que vaya contra su sentido espiritual. No sea que dejemos de esperar a que se realice plenamente en la eternidad lo que ahora aplicamos al tiempo presente por tomar al pie de la letra las palabras de los profetas. Pues lo que ya estamos viendo haría evaporarse la fe que tenemos en lo que aún no vemos; la pobre realidad que ya poseemos nos haría desvalorar todo lo demás que esperamos, y la realidad de los bienes presentes nos haría olvidar la de los bienes futuros. Por lo demás, la gloria temporal de la ciudad terrena no destruye la de los bienes celestiales, sino que la robustece, con tal de que no dudemos un momento que es sólo una figura de laotra Jerusalén que está en los cielos, nuestra Madre.