martes, 12 de junio de 2018

En el mundo habrás de luchar

«Pero para ti, en el mundo está el campo de acción; en el mundo tienes que santificarte; en el mundo habrás de luchar hasta que la muerte destroce tu cuerpo para hacer posible su resurrección.
No entres en el mundo con miedo. Comienza tus dias con paso firme mirando al sol. No tengas miedo a la vida. Somos los amigos de la luz.
Nos preocupa el mundo y nada de él nos es despreciable. Ama a los hombres, ama a tu tierra, ama a tu cuerpo y tu juventud. Si ha de ser el compañero de tu alma ¿por qué olvidarlo?
Nada de cuanto ocurre en el mundo puede carecer de importancia para ti. El roce con el mundo te hará más hombre, te moldeará el carácter, te dará bríos. Más adelante santificarás el ambiente.
Un espíritu joven, combativo y optimista, lleno de empuje humano y de recia visión sobrenatural, transformará el ambiente con una facilidad que a muchos les dará pasmo.

 ... ¿Por qué despreciar esta tierra? ¿Por qué despreciar esta patria, si en esta tierra es donde los hombres se hacen santos? Aquí, en el mundo, fue donde Cristo, perfecto Dios y perfecto Hombre, quiso vivir treinta y tres años entre nosotros; aquí, en esta tierra que tanto dicen menospreciar algunos, quiso desarrollar su personalidad el Hombre que mayor personalidad ha tenido entre los hombres, y nadie existe ni vendrá, que se le pueda comparar.»


El valor divino de lo humano, Jesús Urteaga.

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