sábado, 15 de septiembre de 2018

Las mentiras de la leyenda negra y la Ilustración masónica

En alusión a la clara demonización de la edad media por parte de los judeo-protestantes, con su leyenda negra y a las manipulaciones históricas de ciertos filósofos masones de la Ilustración francesa como Voltaire, Goethe o Kant, que hablan sobre el medievo cristiano como si fuese una época caótica y oscura en la que todo era malvado, vamos a nombrar brevemente varias razones históricas que tumban sus tesis. Voltaire a decir verdad, antes de morir volvió al Catolicismo mediante el sacramento de la confesión, arrepintiéndose de su pasado masón, y quedó reflejado por escrito.
Todo empezó como hemos dicho con la Leyenda negra, inspirada mayormente por judíos que habían sido expulsados de España y que buscaron refugio en distintos puntos de Europa, y por los protestantes que acababan de entrar en escena por medio de Lutero, el monje que traicionó sus votos movido por la lujuria y que por orgullo dividió la cristiandad para justificar su conducta pecaminosa. España era un gran imperio católico, gobernado por Carlos V, empezaban los siglos de oro. Por el contrario, varios nobles y príncipes alemanes, así como más adelante otros reyes europeos, para aumentar su poder recurrieron a Lutero y su reforma protestante, que les brindaba vía libre para confiscar todas las propiedades de la Iglesia y un poder ilimitado sin ningún tipo de control, sin que les importara la excomunión, ya que la Iglesia de Roma, en esos tiempos, tutelaba en cierto modo las relaciones entre reinos europeos, además de conceder divorcios y nulidades matrimoniales, como representante de la ley natural divina, del mismo modo que en los últimos siglos se ha encargado de ello el derecho internacional, aunque éste en realidad actúa de forma mucho más invasiva. Liberados de Roma, los príncipes alemanes ya podían actuar como les venía en gana, dando rienda suelta a sus ambiciones y deseos, sin ningún tipo de control jurídico ni moral (ya que Lutero estableció que se salvaban solo por la fe, sin importar las obras), y podían unirse utilizando la religión como excusa para plantar cara directamente al Imperio Español de Carlos V. A raíz de este enfrentamiento continental que no estuvo falto de guerras, los enemigos de España necesitaban denigrar y calumniar la reputación de aquel imperio profundamente católico, que tanto odiaban, ya que además era el baluarte de la Iglesia católica romana, y para ello forjaron la leyenda negra, que no son más que un cúmulo de invenciones, falsedades y manipulaciones sobre la inquisición, sobre la conquista de América y sobre la historia de la Iglesia. Por otro lado, intentan ocultar todos los crímenes perpetrados por protestantes y liberales como las masivas quemas de brujas, los exterminios enteros de poblaciones católicas, los saqueos y destrucción de monasterios e iglesias, los asesinatos de religiosos, o la imposición del laicismo.

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Caricatura sobre Lutero, guiado por el demonio mediante la soberbia y el engaño. Gracias al protestantismo se abrió la puerta en Europa a la judería y lo judaizante. A su vez se establecieron las condiciones necesarias para la aparición de la masonería en el siglo XVIII.

La Ilustración de corte masónico, muy presente sobretodo en Francia e Inglaterra, y excesivamente sobrevalorada como bien nos demuestra el historiador Dr. Alberto Bárcena en su libro Iglesia y masonería: Las dos ciudades,  tomó el relevo e hizo suyas las mentiras de la Leyenda negra, llevándolas a un nivel de engaño y desdén aun mayor, llegando hasta nuestros días como la versión predominante de la Historia.
Por el contrario la realidad histórica fue muy diferente, la edad media a grandes rasgos, teniendo en cuenta la situación de la Europa post-romana que se encontraba bajo el mando de los pueblos germánicos ya romanizados, y que aunque eran culturalmente inferiores a la ya caída Roma de Occidente, (hay que matizar que el Imperio Romano de Oriente siguió intacto, dando lugar al Imperio Bizantino), tampoco eran los bárbaros de hacía unos pocos siglos. Partiendo de aquí, la Europa cristiana de la alta edad media (siglos V-XII) fue evolucionando en todos los campos, en las artes, en la arquitectura, en la economía… son muestra de ello las majestuosas catedrales cuya belleza y complejidad no ha podido ser superada, los monasterios que se convirtieron en los núcleos culturales de Occidente con bibliotecas inmensas, las universidades (como las de Bolonia, Oxford, París y Salamanca) los majestuosos castillos que abundaban a lo largo y ancho del continente. Así como las grandes obras de la literatura, pasando por las novelas caballerescas artúricas, cantares como el de Mio Cid y el de Roldán, o las grandes obras teológicas de Tomas de Aquino y Bernardo de Claraval. Esta evolución continuó durante la baja edad media dando muchos frutos hasta llegar al Renacimiento, que se dio gracias precisamente a esta civilización cristiana del medievo en reinos marcadamente católicos como España o los reinos de Italia. Posteriormente los filósofos de la ilustración masónica manipularon en especial este periodo de esplendor para hacerlo suyo (algo a lo que nos tiene muy acostumbrados la masonería), intentando borrar la fuerte huella católica del renacimiento, para presentarlo como un periodo paganizante precursor del laicismo anticristiano de la ilustración de los siglos XVIII y XIX. Y esta es la versión que se han tragado a pies juntillas estos neopaganos, carentes de criterio y sentido crítico, que bailan al compás que marcan los enemigos de Occidente.

“Dejadlos; son ciegos guías de ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo.”  Mateo 15:14

Caballero de Occidente

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