domingo, 14 de enero de 2024

El concepto de Reencarnación: Verdades incómodas

Hay mucha gente actualmente que cree en la reencarnación, debido a la descristianización y a la influencia de la archiconocida Nueva Era, que hoy en día está en todas partes, ya sabéis, esa mezcla de ideas orientales con esoterismo y gnosticismo. Pero muchos de ellos tienen una idea muy vaga de la reencarnación y normalmente se montan su propia película. Aquí mostraremos resumidamente aquello que no conocen los occidentales sobre la reencarnación, que no es para nada agradable, así como sus puntos flojos o negativos:

- El karma es la medida que lo establece todo en el sistema de reencarnación oriental, dependiendo de las acciones del individuo en esta vida y las anteriores, se reencarnará en una u otra cosa. 
El llamado karma es algo totalmente tiránico e injusto y es que dicho concepto establece que todas las injusticias que ocurren en esta vida es debido a errores de vidas pasadas y bajo esa excusa se permiten barbaridades, es decir, si a alguien le pasa algo horrible es porque se lo merece, así que no se le debe ayudar, más bien todo lo contrario. Por eso no existe la generosidad (o es mucho más difícil de ver) en las zonas de Oriente dónde se cree en la reencarnación. A su vez, este concepto abre la veda al individualismo más atroz que podamos imaginar, así como al egoísmo y a la crueldad. Por ejemplo, en una violación, según el concepto hindú/budista, la persona violada en realidad se merece ser agredida de tal forma, ya que se debe a sus acciones tanto de esta vida como de las anteriores.


- Por otra parte, el concepto de la reencarnación da como resultado una frivolización de la vida, restándole importancia, ya que si haces algo mal, tienes otra vida para hacerlo mejor, como si fuera un videojuego. Claramente se fomenta la irresponsabilidad, y como hemos visto en el punto anterior, los conceptos de karma y reencarnación conllevan una profunda injusticia, que va contra todo sentido común.


- El número de almas humanas crece constantemente y esto no cuadra con la teoría de la reencarnación. Si todos los seres vivos, sobre todo los humanos, han tenido multitud de vidas anteriores, el número de almas siempre se mantendrá estable. Según el hinduismo, los ascensos y descensos de categoría espiritual, es decir, de humanos a animales, y de animales a humanos, provocan que el número de almas humanas crezca de forma moderada, aunque también podría disminuir. Esto choca de pleno con el hecho de que actualmente somos más de ocho mil millones de personas, hace veinte años éramos seis mil millones, y hace tan solo ciento cincuenta años, la población mundial no llegaba a los mil millones... Creo que no hace falta desarrollar más este punto, ya que ninguna excusa, por elaborada que fuera, podría justificar este incremento brutal de almas humanas en un tiempo tan corto, menos aún en el supuesto Kali Yuga, la era de la oscuridad, donde los humanos cada vez van a peor.

- En las diferentes reencarnaciones, el sexo podría cambiar y así lo aseguran los que creen en la reencarnación, lo cual no tiene lógica, ya que la forma de ser y pensar de una mujer, a nivel profundo, es diferente a la de un hombre. No tiene mucho sentido que un alma sea en una vida mujer y en otra hombre. Mucho menos sentido tiene el paso del alma humana hacia un animal o un insecto. Como vemos este concepto también puede justificar en parte la puesta en práctica de la ideología de género, por eso muchos expertos en cirugía trans, son cirujanos hindús.

- Según muchos partidarios de la reencarnación, debería existir un limbo entre vidas para premiar aunque sea parcialmente a algunas almas (por sentido de justicia), pero aún así, esto no tendría mucho sentido porque luego tienen que volver a vivir una nueva vida igualmente. No olvidemos que con cada nueva vida, esa alma olvida completamente la vida anterior, con todo lo que ello conlleva.

- En las religiones orientales, la reencarnación sustituye el concepto de infierno, ya que para ellos, el infierno cristiano no existe. Así las cosas, la reencarnación suele ser un castigo, un castigo muy duro. En teoría, los peores castigos son reencarnarse en bichos, ratas y seres similares. 

- No podemos olvidarnos de la arbitrariedad total que se da en el concepto de reencarnación y es que para alcanzar la perfección es sumamente difícil e injusto ya que por ejemplo, alguien ha podido tener una vida casi perfecta espiritualmente hablando, pero supuestamente necesita otra reencarnación, y entonces en la siguiente vida, por diversas circunstancias se ve casi obligado a llevar a cabo acciones que le hacen involucionar espiritualmente y tiene que volver a empezar desde casi el principio. De todos modos, dado el relativismo tan bestia que se da en esas religiones, la vara de medir la perfección de una vida es a su vez tremendamente arbitraria...

Y es que, como afirma el filósofo Peter Kreeft, la reencarnación repudia la moralidad. Los neoplatónicos y los gnósticos afirmaban que el cuerpo es la causa del pecado y del mal (la materia para ellos era maligna). Una filosofía muy conveniente para los pecadores: “Mi cuerpo me obligó a hacerlo. La culpa es tuya, Dios, por hacerme cargar con él”.

Como hemos visto, no son pocos los argumentos demoledores que se pueden presentar frente al concepto de reencarnación, un concepto que jamás habría entrado en Occidente si no fuese por el proceso de descristianización radical y profundo de la sociedad. Proceso que se inició como muchos sabéis durante la ilustración (Siglo XVII) y que ha sido llevado con suma perseverancia por los masones y sus maestros, los expertos en la Cábala, que a su vez, también son expertos en finanzas...



Caballero de Occidente


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